El divorcio contencioso es una situación en la que una pareja no puede llegar a un acuerdo amistoso sobre los términos de su divorcio, y se ven obligados a recurrir a los tribunales para resolver los conflictos pendientes. En un divorcio contencioso, los cónyuges discuten y debaten sobre los términos del divorcio en una audiencia ante un juez de familia, que finalmente tomará una decisión sobre los asuntos pendientes.
Entre las causas más comunes de un divorcio contencioso se encuentran la infidelidad, la violencia doméstica, la falta de comunicación, la distribución de bienes y el cuidado de los hijos. Si uno de los cónyuges no está de acuerdo con la decisión del otro sobre cualquiera de estos asuntos, puede desencadenar un divorcio contencioso.
En un divorcio contencioso, ambos cónyuges tendrán la oportunidad de presentar sus argumentos ante el juez y presentar pruebas para respaldar sus posiciones. Durante el proceso, el juez tomará decisiones sobre cuestiones importantes, como la custodia de los hijos, la manutención de los hijos, la pensión alimenticia, la división de bienes y deudas, entre otros.
Es importante tener en cuenta que el proceso de un divorcio contencioso puede ser largo y costoso, ya que involucra la contratación de abogados, la presentación de pruebas y la realización de múltiples audiencias ante el juez. Además, las decisiones tomadas por el juez pueden no satisfacer a ambas partes y pueden generar resentimiento y hostilidad a largo plazo.
Si estás considerando un divorcio contencioso, es recomendable que hables con un abogado de familia experimentado para obtener asesoramiento sobre tus opciones y cómo proceder en tu caso particular. Un abogado puede ayudarte a entender los requisitos legales y los posibles desafíos que pueden surgir durante el proceso de divorcio contencioso, así como representarte en el tribunal y defender tus derechos e intereses.
El procedimiento de divorcio puede implicar los siguientes pasos: